Es un conuco insólito, por la forma en que nació y por la
clase de maestros-pueblo que allí se congregan. Queda detrás del Complejo
Educativo La Manguita, sede de la Zona Educativa del estado Carabobo, en el
municipio San José. Desde hace unos años funciona allí el programa Todas las
Manos a la Siembra; en el lugar se coordina el trabajo de la Red de Escuelas
Agroecológicas del estado Carabobo, y todo lo anterior suena como que siempre
ha sido muy limpio, fácil y organizado, hasta que uno se entera de cómo comenzó
su breve historia.
Cuando en 2008 llegaron los primeros interesados en hacer
algo con ese terreno baldío que casi duplica el área de las instalaciones
educativas, el primer impacto fue desolador: era un botadero de escombros y
basura, y apenas comenzaron a picar la tierra para verificar la calidad del
sustrato lo que brotaba era cemento, vidrio, materiales varios; más de un
escritorio, restos de sillas. Al fondo se adivinaba el paso de una quebrada
llamada El Cacao, un curso de agua altamente contaminada.
A punto de abandonar las intenciones de hacer algo en ese
inmenso patio a causa del triste panorama, vinieron a rescatarles las ganas con
su ternura y sabiduría dos maestros-pueblo. Eran ellos Ovidio Ceballos y Juana
Guzmán. El primero de ellos, un obrero de almacén de la Zona Educativa que
apenas vio movimiento allá atrás desempolvó su verdadero oficio: el hombre era
un campesino cafetalero de Queniquea (Táchira). Hoy pueden apreciarse, cargando
y produciendo, las matas de café que Ovidio sembró al comenzar a recuperarse el
área. Ovidio murió el año pasado, y los conuqueros que continuaron la obra han
decidido ponerle su nombre al espacio productivo.
La segunda inspiración del conuco fue la señora Juana
Guzmán, una octogenaria que hizo el primer registro de las plantas útiles que
había en medio del botadero: siguaraya, ocumos, plantas comestibles y
medicinales varias. Juana falleció también, en el 2015.
Actualmente el conuco en proceso de crecimiento lleva ya
varias cosechas y cargas actuales de café, frijoles, tapiramas, frutales,
medicinales; despuntan un experimento con arroz y varios maíces. La clase de
gente que se reúne allí los lunes a trabajar e intercambiar, y la clase de
intercambios que se producen, da para varias entregas de este informativo Razón
por la cual Tiempo de Siembra les ha hecho la propuesta: mientras tomamos de
allí información para nutrir este periódico iremos a formarlos como reporteros
para que produzcan el suyo propio. Así que volveremos sobre este ensayo, tantas
veces como haga falta para mostrar sus altas cumbres.
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